Organización del virreinato

Un virrey nombrado al efecto ejercía, en nombre del rey, el gobierno de Nueva España. A lo largo del periodo colonial hubo 63 virreyes, siendo el primero Antonio de Mendoza y el último Juan O’Donojú, quien suscribió con Agustín de Iturbide en 1821 el tratado en el que se reconocía la Independencia de México. En Nueva España se establecieron formalmente divisiones territoriales que se mantuvieron hasta 1776, cuando, hallándose en México el visitador general José de Gálvez, se creó la comandancia general de las Provincias Internas, y, diez años más tarde, las intendencias. El territorio abarcado por el reino de Nueva España era el que correspondía a la acepción más restringida de este nombre. A su vez, el reino de Nueva Galicia incluía la mayor parte del actual Jalisco, San Luis Potosí y los actuales estados de Aguascalientes, Zacatecas y Nayarit, con una parte de Sinaloa (todos ellos en México). El reino de Nuevo León estaba constituido aproximadamente por lo que hoy es el territorio del estado mexicano de igual nombre. El reino del Nuevo Santander coincidía con el actual estado mexicano de Tamaulipas. El reino de Nueva Vizcaya, sumamente extenso, incluía a los actuales estados de Durango y Sonora, parte de Coahuila y Sinaloa (todos ellos hoy en día pertenecientes a México), y parte de Arizona (en la actualidad, en Estados Unidos). El reino de Nuevo México abarcaba al estado actual de dicho nombre en Estados Unidos y algunos territorios adyacentes. Existían asimismo la provincia de Yucatán, así como las Californias, Alta y Baja. Los gobernantes, tanto de estas provincias como de los reinos mencionados, recibían su nombramiento de la Corona, pero en el ejercicio de sus funciones dependían de los virreyes.

En Nueva España se crearon asimismo circunscripciones religiosas desde fecha muy temprana. Un primer intento fue el de erigir un obispado en la villa de Santa María de los Remedios, en la isla de Cozumel. Al no ser viable, el papa León X accedió a la creación de la llamada diócesis Carolina (en honor de Carlos V), con sede en Tlaxcala. Primer obispo de dicha diócesis fue el dominico Julián Garcés, en 1527. Un año después, se embarcó con rumbo a México el franciscano Juan de Zumárraga, en calidad de obispo electo de una nueva diócesis con sede en la capital de Nueva España. A lo largo del siglo XVI se erigieron las diócesis de Oaxaca o Antequera (1535), Michoacán (1536), Chiapas (1539), Compostela, con ulterior traslado a Guadalajara (1548), y Yucatán (1561). La diócesis de México se convirtió en archidiócesis en 1546. A partir de entonces, todas las diócesis existentes y las que se crearon después en el periodo virreinal fueron sufragáneas de la de México. En 1620, se establecieron las diócesis de Guadiana o Durango.

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